CRIANZA EN BARRICA
Calidad, complejidad y estructura para lograr un mejor vino
La crianza en barrica es un proceso clave para darle complejidad al vino, tanto en sus aromas como en su estructura. El objetivo es que el vino mantenga su carácter original, pero sumando aromas y sabores adicionales gracias a la madera de la barrica.
En el caso de Nival Single Barrel Edition, utilizamos barricas de roble francés, que son porosas y permiten un paso controlado de oxígeno al vino. Esto ayuda a estabilizar el color, además de darle suavidad y mejorar la textura. La madera también aporta taninos, que son compuestos que aportan cuerpo y estructura al vino. Sin embargo, es crucial que la madera se integre bien al vino, sin que sus notas sean demasiado intensas y opaquen el sabor natural de la uva.
El proceso de crianza varía según el vino y el objetivo. Al principio, la influencia de la barrica es fuerte y el vino necesita tiempo para equilibrarse. En los primeros tres meses, la madera “cederá” rápidamente, y a los seis meses ya podría estar listo para sacar el primer vino, aunque generalmente se deja más tiempo para permitir una mejor integración de la madera y una mayor evolución del vino. Durante todo este proceso, se realizan análisis para asegurarse de que la crianza va por buen camino.
Una de las prácticas más importantes es el battonage, un movimiento que se hace para mezclar las lías (levaduras muertas) con el vino. Este proceso, realizado una vez al mes o cada 45 días, le da al vino mayor suavidad, elegancia y volumen en boca, logrando una textura más sedosa y una sensación más agradable al paladar.
En resumen, la crianza en barrica no solo aporta aromas y sabores, sino que también ayuda a perfeccionar la estructura del vino, equilibrando sus componentes para que todo se mezcle a la perfección.
Detrás de nuestro Nival Single Barrel Edition 2023, hay un trabajo en bodega que nos permite lograr un gran vino.


